martes, 26 de marzo de 2013

Mensaje de Darío Fo en el Día Internacional del Teatro 2013

 "Hace mucho tiempo, el poder tomó una decisión intolerante contra los cómicos, a los que expulsaron del país. Actualmente, actores y compañías teatrales tienen dificultades para encontrar escenarios públicos, teatros y espectadores, todo por culpa de la crisis.

Los dirigentes, por lo tanto, ya no está preocupados por controlar a aquellos que los citan con ironía y sarcasmo, ya que no hay sitio para los actores, ni público al que dirigirse.

Por el contrario, durante el Renacimiento, en Italia, los que gobernaban tuvieron que hacer un esfuerzo importante para mantener a raya a los cómicos, pues reunían a un público abundante.

Se sabe que el gran éxodo de actores de La Commedia dell’Arte tuvo lugar en el siglo de la Contrarreforma, cuando se decretó el desmantelamiento de todos los espacios teatrales, especialmente en Roma, donde fueron acusados de ofender a la ciudad santa. En 1967, el Papa Inocente XII, bajo la presión de insistentes requerimientos del sector más conservador de la burguesía y de los máximos exponentes del clero, ordenó la eliminación del Teatro Tordinona que, según los moralistas, había acumulado el mayor número de representaciones obscenas.

En la época de la Contrarreforma, el cardenal Borromeo Carlos, que estuvo activo en el norte de Italia, se consagró a la redención de los niños milaneses, estableciendo una distinción entre el arte, como máxima expresión de educación espiritual y el teatro, como manifestación profana y vanidosa. En una carta dirigida a sus colaboradores, que cito de memoria, se expresa más o menos así: “Los que estamos a favor de la erradicación de las malas hierbas, hemos hecho lo posible por quemar textos que contienen discursos infames, para extirparlos de la memoria de los hombres, y al mismo tiempo perseguir a todos aquellos que divulgan esos textos impresos. Evidentemente, mientras dormíamos, el diablo maquinó con renovada astucia. ¡Hasta qué punto es más punzante en el alma lo que los ojos pueden ver que lo que puedan leer en los libros de ese género! ¡ Hasta qué punto es más devastador para las mentes de los adolescentes y de los niños la palabra hablada y el gesto apropiado que una palabra muerta impresa en un libro! Por lo tanto, urge expulsar de nuestras ciudades a esas gentes del teatro, como ya hicimos con las almas indeseables”.

Por lo tanto, la única solución a la crisis se basa en la esperanza de que se organice una gran caza de brujas contra todos nosotros y especialmente contra la gente joven que desea aprender el arte del teatro: una nueva diáspora de cómicos que, desde tal imposición, sin lugar a dudas, provocará beneficios inimaginables para el bien de una nueva representación".

                                                                            Darío Fo
                                                                 http://www.dariofo.it/

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