Hola.
Quiero comunicarles personalmente lo que para nosotros es una triste noticia que no esperábamos tener que dar: a partir del 1º de Mayo, Espacio Guambia cierra sus puertas tras 12 años de ofrecer espectáculos de producción nacional.
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La decisión tomada dolorosamente tras largas horas de meditación, obedece a varios motivos, y seguramente asombrará dado que justamente iniciamos el 2013 con muchas expectativas y una renovación de nuestra cartelera que hacía que esta temporada fuera la más exitosa desde que nos iniciamos en esta tarea.
Quiero comunicarles personalmente lo que para nosotros es una triste noticia que no esperábamos tener que dar: a partir del 1º de Mayo, Espacio Guambia cierra sus puertas tras 12 años de ofrecer espectáculos de producción nacional.
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La decisión tomada dolorosamente tras largas horas de meditación, obedece a varios motivos, y seguramente asombrará dado que justamente iniciamos el 2013 con muchas expectativas y una renovación de nuestra cartelera que hacía que esta temporada fuera la más exitosa desde que nos iniciamos en esta tarea.
PORQUÉ CERRAMOS
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Es largo de explicar, pero fácil de comprender.
Permítanme que les cuente:
xAl reiniciar en febrero nuestra actividad tras el descanso que solemos tomar en enero, el personal de Cambadu que se tramita nuestros permisos, nos comunicó que la Dirección de Espectáculos Públicos de la Intendencia de Montevideo nos había negado el permiso correspondiente, a pesar de que el mismo estuvo en regla durante 2012.
¿La razón? La Dirección Nacional de Bomberos comenzó a exigir nuevamente en forma sorpresiva la presencia de un efectivo ("Servicio 272") en los locales que no tuvieran realizada la Inspección Final, instancia que en nuestro local estábamos esperando infructuosamente que fuera efectuada por los propios Bomberos desde 2011.
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Cambadu (un modelo de eficiencia gremial) insistió con el trámite, y entonces fuimos advertidos que la Dirección de Bomberos no disponía de personal para brindar el Servicio 272, circunstancia que estaba afectando a varios locales e instituciones en todo el país.
En el entendido que esos inconvenientes justificaban más que sobradamente se otorgara una prórroga que nos permitiera funcionar, iniciamos con los espectáculos programados de antemano y quedamos a la espera de que la Dirección de Espectáculos Públicos otorgara la prórroga.
xxx
Lejos de ello, ya el primer día que realizamos un espectáculo, recibimos una primera Inspección exigiéndonos la exhibición del permiso que sabían que no teníamos y que nos era imposible obtener por circunstancias que nos eran ajenas y de las que ellos estaban perfectamente al tanto.
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Como las Actas de Inspección ofrecen la posibilidad de efectuar los descargos ante la ausencia de los permisos, las efectuamos reiteradamente, y reiniciamos la tramitación ante Bomberos para tratar de que se nos informara porqué no se nos efectuaba la Inspección Final y se regularizaba nuestro expediente.
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xLamentablemente en la Intendencia no sólo nuestros descargos no fueron tenidos en cuenta, sino que los mismos fueron rechazados (cosa que contestaron con un oficio tirado debajo de la puerta). De ahí en más, fuimos recibiendo religiosamente todas las semanas una visita de sus Inspectores, aduciendo que tenían órdenes expresas del Servicio Central de Inspección General de la Intendencia de exigirnos el permiso.
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Así se fueron sucediendo los hechos: la Dirección de Bomberos nos comunicaba que nuestros trámites estaban "en estudio", y la Intendencia continuaba exigiéndonos presentar el permiso que sabían que no podíamos obtener.
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En marzo comenzaron a llegarnos los cedulones con las multas: 3,5 UR por semana, que al tercer cedulón aumentaron a 5,9 UR y seguramente continuarán aumentando (aún nos faltan llegar unos 10 cedulones más…).
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También hace una semana, la Dirección de Bomberos, que seguía manteniendo "en estudio" nuestra solicitud de regularizar todo el expediente, comunicó a Cambadu (ni siquiera lo hicieron personalmente, como lo solicitamos) que como nuestro local tenía capacidad para más de 100 personas, debíamos efectuar para obtener los permisos una serie de requisitos completamente imposibles de realizar y/o costear. Tampoco se nos otorgaba una prórroga para tratar de solucionarlos, sino que lisa y llanamente o funcionábamos con menos de 100 personas dentro del local, o no se nos otorgaba el mismo permiso que desde 2001 nos era aceptado (con algunas correcciones que lógicamente hicimos, pese a sus altos costos).
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xPara funcionar ahora tendríamos que cumplir con una serie de increíbles requisitos en los que sólo omitieron la exigencia de tener un helipuerto en la azotea. Para que tengan una idea, hay empresas que están ofreciéndose hacerlos por la módica suma de 12.000 dólares. Por esa demencial razón, más de la mitad de los establecimientos del país (incluidos escuelas, liceos, hospitales, etc.) no tienen permiso de Bomberos al día. Según un rumor… ¡tampoco la Intendencia tiene permiso de Bomberos! O sea: el que nos inspecciona y multa, está en tanta infracción como nosotros.
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Es largo de explicar, pero fácil de comprender.
Permítanme que les cuente:
xAl reiniciar en febrero nuestra actividad tras el descanso que solemos tomar en enero, el personal de Cambadu que se tramita nuestros permisos, nos comunicó que la Dirección de Espectáculos Públicos de la Intendencia de Montevideo nos había negado el permiso correspondiente, a pesar de que el mismo estuvo en regla durante 2012.
¿La razón? La Dirección Nacional de Bomberos comenzó a exigir nuevamente en forma sorpresiva la presencia de un efectivo ("Servicio 272") en los locales que no tuvieran realizada la Inspección Final, instancia que en nuestro local estábamos esperando infructuosamente que fuera efectuada por los propios Bomberos desde 2011.
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Cambadu (un modelo de eficiencia gremial) insistió con el trámite, y entonces fuimos advertidos que la Dirección de Bomberos no disponía de personal para brindar el Servicio 272, circunstancia que estaba afectando a varios locales e instituciones en todo el país.
En el entendido que esos inconvenientes justificaban más que sobradamente se otorgara una prórroga que nos permitiera funcionar, iniciamos con los espectáculos programados de antemano y quedamos a la espera de que la Dirección de Espectáculos Públicos otorgara la prórroga.
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Lejos de ello, ya el primer día que realizamos un espectáculo, recibimos una primera Inspección exigiéndonos la exhibición del permiso que sabían que no teníamos y que nos era imposible obtener por circunstancias que nos eran ajenas y de las que ellos estaban perfectamente al tanto.
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Como las Actas de Inspección ofrecen la posibilidad de efectuar los descargos ante la ausencia de los permisos, las efectuamos reiteradamente, y reiniciamos la tramitación ante Bomberos para tratar de que se nos informara porqué no se nos efectuaba la Inspección Final y se regularizaba nuestro expediente.
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xLamentablemente en la Intendencia no sólo nuestros descargos no fueron tenidos en cuenta, sino que los mismos fueron rechazados (cosa que contestaron con un oficio tirado debajo de la puerta). De ahí en más, fuimos recibiendo religiosamente todas las semanas una visita de sus Inspectores, aduciendo que tenían órdenes expresas del Servicio Central de Inspección General de la Intendencia de exigirnos el permiso.
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Así se fueron sucediendo los hechos: la Dirección de Bomberos nos comunicaba que nuestros trámites estaban "en estudio", y la Intendencia continuaba exigiéndonos presentar el permiso que sabían que no podíamos obtener.
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En marzo comenzaron a llegarnos los cedulones con las multas: 3,5 UR por semana, que al tercer cedulón aumentaron a 5,9 UR y seguramente continuarán aumentando (aún nos faltan llegar unos 10 cedulones más…).
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También hace una semana, la Dirección de Bomberos, que seguía manteniendo "en estudio" nuestra solicitud de regularizar todo el expediente, comunicó a Cambadu (ni siquiera lo hicieron personalmente, como lo solicitamos) que como nuestro local tenía capacidad para más de 100 personas, debíamos efectuar para obtener los permisos una serie de requisitos completamente imposibles de realizar y/o costear. Tampoco se nos otorgaba una prórroga para tratar de solucionarlos, sino que lisa y llanamente o funcionábamos con menos de 100 personas dentro del local, o no se nos otorgaba el mismo permiso que desde 2001 nos era aceptado (con algunas correcciones que lógicamente hicimos, pese a sus altos costos).
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xPara funcionar ahora tendríamos que cumplir con una serie de increíbles requisitos en los que sólo omitieron la exigencia de tener un helipuerto en la azotea. Para que tengan una idea, hay empresas que están ofreciéndose hacerlos por la módica suma de 12.000 dólares. Por esa demencial razón, más de la mitad de los establecimientos del país (incluidos escuelas, liceos, hospitales, etc.) no tienen permiso de Bomberos al día. Según un rumor… ¡tampoco la Intendencia tiene permiso de Bomberos! O sea: el que nos inspecciona y multa, está en tanta infracción como nosotros.
LAS CONSECUENCIAS
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Hasta aquí la relación de los hechos. Lamentamos la nula disposición de la Intendencia y de Bomberos para aceptar nuestros descargos, o darnos una prórroga que permitiera funcionar a una Sala de Espectáculos que venía trabajando con el objetivo de acercar a nuestro público la Cultura Nacional.
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Nuestro cierre deja sin trabajo a unas 10 personas que habitualmente se mueve en nuestro entorno, amén de la infinidad de artistas que nos solicitan utilizar nuestro escenario, más la enorme cantidad de personas (técnicos, productores, músicos, etc. etc.).
Pedimos disculpas a todos (teníamos ya programados espectáculos para todo el año) pero esperamos que sepan comprender que en estas condiciones es imposible mantener nuestras puertas abiertas. No podemos afrontar esta escalada de multas e inconvenientes que surgen con nuevas exigencias y pésima voluntad para ayudarnos a solucionarlos. (Y aparte soportar las cargas impositivas y los gastos de los servicios).
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A lo largo de 12 años, Espacio Guambia fue posible gracias a la colaboración privada de una cantidad de gente. Nunca recibimos ayuda oficial o auspicio de especie alguna. Nuestros espectáculos no cuentan con los auspicios publicitarios que sí reciben los grandes shows (como si la Cultura Nacional fuera sólo materia de retorno publicitario) y quienes me conocen personalmente a través de una larga trayectoria que abarcó varias actividades, saben que ni hoy, ni ayer, ni nunca, podría mantener una modesta sala de espectáculos por sí sola como milagrosamente ésta se ha mantenido.
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Dejamos constancia que esta persecución cuasi policial no es sólo contra Guambia: todos los teatros independientes soportan el mismo calvario. Y varias salas más que reciben continuamente multas y ofrecimientos de "regularización" de los trámites en Bomberos (sería bueno que algún colega de prensa investigara por quiénes están integradas).
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Hasta aquí la relación de los hechos. Lamentamos la nula disposición de la Intendencia y de Bomberos para aceptar nuestros descargos, o darnos una prórroga que permitiera funcionar a una Sala de Espectáculos que venía trabajando con el objetivo de acercar a nuestro público la Cultura Nacional.
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Nuestro cierre deja sin trabajo a unas 10 personas que habitualmente se mueve en nuestro entorno, amén de la infinidad de artistas que nos solicitan utilizar nuestro escenario, más la enorme cantidad de personas (técnicos, productores, músicos, etc. etc.).
Pedimos disculpas a todos (teníamos ya programados espectáculos para todo el año) pero esperamos que sepan comprender que en estas condiciones es imposible mantener nuestras puertas abiertas. No podemos afrontar esta escalada de multas e inconvenientes que surgen con nuevas exigencias y pésima voluntad para ayudarnos a solucionarlos. (Y aparte soportar las cargas impositivas y los gastos de los servicios).
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A lo largo de 12 años, Espacio Guambia fue posible gracias a la colaboración privada de una cantidad de gente. Nunca recibimos ayuda oficial o auspicio de especie alguna. Nuestros espectáculos no cuentan con los auspicios publicitarios que sí reciben los grandes shows (como si la Cultura Nacional fuera sólo materia de retorno publicitario) y quienes me conocen personalmente a través de una larga trayectoria que abarcó varias actividades, saben que ni hoy, ni ayer, ni nunca, podría mantener una modesta sala de espectáculos por sí sola como milagrosamente ésta se ha mantenido.
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Dejamos constancia que esta persecución cuasi policial no es sólo contra Guambia: todos los teatros independientes soportan el mismo calvario. Y varias salas más que reciben continuamente multas y ofrecimientos de "regularización" de los trámites en Bomberos (sería bueno que algún colega de prensa investigara por quiénes están integradas).
PERDÓN A QUIENES NOS AYUDARON
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Disculpen esta larga catarsis… pero a los 70 años y tras varias clausuras de todo tipo, con varios golpes sobre sis espaldas me he levantado siempre dispuesto a pelearla otra vez. No es la primera persecución que bancamos. Pero por primera vez he decidido decir basta. Esto es mucho y, sobre todo, muy injusto.
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Antes de bajar la cortina, quiero sí agradecer a una pila de gente.
En primer lugar, al público que nos apoyó siempre, como nos había apoyado antes con las revistas. A los músicos y sus productores, que comprendieron y respaldaron nuestra propuesta. A los profesionales, con los que hemos trabajado codo con codo para cimentar el prestigio técnico de la sala. A los proveedores, que también nos respaldaron como si fueran uno más de nosotros. A la gente de Cambadu, una institución que aprendí a querer a pesar de venir de un palo completamente distinto, porque siempre intentaron solucionarlos nuestro inconvenientes. A los colegas de la prensa, siempre dispuestos a dar una mano con su apoyo. A mi familia y los amigos, que nunca dejaron de acompañarme.
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Gracias a todos.
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Disculpen esta larga catarsis… pero a los 70 años y tras varias clausuras de todo tipo, con varios golpes sobre sis espaldas me he levantado siempre dispuesto a pelearla otra vez. No es la primera persecución que bancamos. Pero por primera vez he decidido decir basta. Esto es mucho y, sobre todo, muy injusto.
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Antes de bajar la cortina, quiero sí agradecer a una pila de gente.
En primer lugar, al público que nos apoyó siempre, como nos había apoyado antes con las revistas. A los músicos y sus productores, que comprendieron y respaldaron nuestra propuesta. A los profesionales, con los que hemos trabajado codo con codo para cimentar el prestigio técnico de la sala. A los proveedores, que también nos respaldaron como si fueran uno más de nosotros. A la gente de Cambadu, una institución que aprendí a querer a pesar de venir de un palo completamente distinto, porque siempre intentaron solucionarlos nuestro inconvenientes. A los colegas de la prensa, siempre dispuestos a dar una mano con su apoyo. A mi familia y los amigos, que nunca dejaron de acompañarme.
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Gracias a todos.
Antonio Dabezies
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