viernes, 17 de junio de 2011

Artículo digital de EL PAIS.







"Barro negro" está cumpliendo 20 años
Excepcional. La obra de teatro en ómnibus se ha convertido en un récord de permanencia


CARLOS REYES
Todo un récord: 20 años en cartel y más de 200 mil espectadores. "Barro negro" llega a su vigésima temporada y lo festejará editando un libro, cuya presentación será el 24 de junio.
A mediados del mes que viene el espectáculo sobre ruedas más conocido del Uruguay cumple años, y publicará un libro, editado por La Lupa, como parte de los festejos. "Ahora en junio sale un libro que es una especie de testimonio de este hecho que ha roto todos los parámetros de lo que es un espectáculo de teatro", explicó a El País el director de la obra, Marcelino Duffau.
"El libro lo hice yo: que me disculpen los escritores. Le ofrecí a algunos hacerlo pero nadie agarró viaje. También cuando cumplimos los 10 años, hubo una idea de escribir uno entre todos, pero al final no cuajó. Y así, de manera un tanto casual, empecé a recopilar, en mi mente, lo que había sucedido en estos 20 años, y fueron surgiendo anécdotas y recuerdos. El objetivo es dejar un testimonio de un hecho inusual en la realidad teatral uruguaya", agrega el director.
Duffau sostiene que para explicar el fenómeno Barro negro hay que pensar que 20 años atrás casi todos los espectáculos teatrales que se hacían eran entre las cuatro paredes de una sala, y en ese sentido, la innovación era rotunda. "Por otro lado, los uruguayos tenemos una cultura del ómnibus que yo creo que hace que el público se identifique bien claro con las situaciones de la obra. A través de esta historia, que no deja de ser teatral y ficcional, el espectador se siente identificado".
Sin embargo, el director aclara que aunque la obra mantuvo siempre un buen nivel actoral, "los que hacen los éxitos son los espectadores, y son esas cosas que no tiene explicación. Nadie sabe como se hace un éxito, lo intuimos, pero la mayor parte de las veces no lo logramos".
Evidentemente, Barro negro ofrece un vértigo que pocos espectáculos dan. Esperar el ómnibus, subirse y buscar un buen lugar, mezclarse con los actores, bajar, volver a subir, participar del alboroto general: todo eso hace de esta obra un programa al que muchos turistas también se suman.
El director asegura que Barro negro nació de un cúmulo de casualidades, que tuvo como puntapié inicial cuando Gloria Levy le facilitó el libreto a Duffau, quien lo tuvo tres años durmiendo en un cajón, por las dificultades de producción que presentaba. "Hasta que un día, de manera casual, en el jurado de Carnaval, conocí a un alto funcionario de Cutcsa, que me dijo que me podía conseguir un ómnibus para hacer la obra. No le creí, hasta que al poco tiempo apareció. Luego hubo que convencer a 12 o 13 actores a que se embarcaran en un proyecto que sonaba delirante".
"En 20 años la obra ha ido cambiando. Cambió el texto, puesto que si bien nos hemos ajustado mucho a lo que escribió el autor, la obra está hecha para ser representada en Caracas, con todas las diferencias culturales que eso implica. También hubo gran cuidado en el nivel artístico de los actores. Cada actor nuevo (y han pasado unos 80) le ha puesto su impronta personal a su personaje. Y así como dicen que no hay dos funciones iguales, yo digo que tampoco hay dos actores iguales. El guarda, la pituca, la vieja, el borracho, todos les han dado su sello propio al papel. Y eso es la riqueza esencial que ofrece el hecho teatral".
Una risa que se congela "Tener a los actores trabajando a centímetros es algo que a la gente le impresiona. También es muy común que al terminar la función, un espectador diga, `yo no sabía que el que estaba al lado mío era un actor, y le decía que no hable, que estaba molestando a los actores`", relata Duffau.
"Barro negro" atraviesa varios barrios (Ciudad Vieja, Centro, Cordón), y hace algún alto para que el público tome algo. La parada más interesante es en un boliche, instalado como si fuera un cabaret, donde se arma baile y suceden varios imprevistos.
Duffau montó la obra en Asunción y en Porto Alegre, y a su vez, la versión gaúcha se presentó en Montevideo, con las instalaciones uruguayas y los actores brasileños.
Escrita por el venezolano José Gabriel Núñez hacia 1985, "Barro negro" cuenta la anécdota más vieja del mundo, ya que es una historia de amor. Pero también aborda la violencia hacia la mujer, expuesta con humor y mezclado personajes muy reconocibles del transporte colectivo, desde el borracho que habla en voz alta hasta la pituca. "Y está el típico guarda montevideano, tan bien caracterizado que los propios guardas de Cutcsa me preguntaban si no era un guarda de verdad".
"Y está la muchacha, que vive al límite de la prostitución: todo eso lleva a un desenlace trágico, donde se discuten valores de la relación de pareja, con cachetazos de dramatismo. Son focos que aparecen en una obra de humor, y a lo que aspiramos es a que el espectador se pregunte, ¿de qué me estoy riendo?`", remata el director.
"Barro negro" va sábados a las 21 horas y domingos a las 20 horas. El ómnibus sale de la explanada del Teatro Solís. Entradas: $ 250. Se venden en Bacacay 1318, tel. 2900 8618.

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